1. El incesto tabú
El médico angloaustríaco Bertold Wiesner fundó la clínica de fertilización London Barton que fecundó unos 1500 embarazos entre los años 40 y mediados de los 60. Pruebas de ADN en el año 2007 de personas nacidas con esta inseminación artificial demuestran que gran parte de ellas, 300, 500, 1.000, están hermanados al ser hijos del dr. Wiesner que, al parecer, donaba su propio semen. Hasta aquí la noticia. Y luego el comentario: "algunos de esos hijos se han podido casar entre ellos y concebido hijos con los riesgos habituales entre parejas consanguíneas". Y aquí es cuando entro yo con el blog. Los hijos incestuosos heredan las enfermedades de los progenitores, sin defensa contra ellas al tener el mismo ADN. Casos de la hemofilia en los Borbones, por no citar más. Pero si los padres están sanos, no hay motivo para que adolezcan de males "habituales". La descendencia en este caso se depura en cada generación, ¿o no es eso lo que se hace con los animales de raza? Manteniéndolos en la endogamia mejoran la casta. Es más, el calor familiar y el íntimo conocimiento entre los miembros de una familia parecería el entorno adecuado, según llega a decir Freud, para la reproducción. Y sin embargo, se da por supuesto que toda descendencia de una relación incestuosa adolece de "riesgos habituales", frase que solamente entendemos como efecto de un prejuicio, sin base biológica, dada la fuerza del incesto como tabú. La tragedia "Edipo" de Sófocles fascina por lo que encubre y por lo que delata.
2. Reality show
Chávez vuela a Cuba con la “Fe puesta en Cristo resucitado”, fervor este que los venezolanos ven como señal de la gravedad de su estado. Este señor nos mantiene entretenidos un día sí y otro también con su reality show, que quizás llegue a culminar con la retransmisión en directo de su fallecimiento. Con música de fondo del Requiem de Mozart o del Mesías de Haendel? Como el mal comerciante que apela a la indigencia para intentar vender algo, Chávez intenta inspirar compasión para ganar adhesiones. Y lo hace sin pudor. A este paso termina remitiendo por el twiter el resultado de las biopsias.
3. A vueltas con la Amnistía de los c… (delito legal)
La igualdad ante la ley es una entelequia, en cualquier caso, pero en éste la evidencia de la falta de igualdad es vergonzosa. Esta amnistía es un premio al delincuente, por haber delinquido, y una burla para el resto, un insulto para los que pagan sus impuestos. La lección está clara: el que pague, pudiendo no pagar, es un imbécil. ¿Con qué autoridad moral se atreverán a exigir al ciudadano honesto a que siga pagando “religiosamente” sus impuestos? Erosiona la conciencia fiscal y como consecuencia fomenta nuevos fraudes, hasta donde cada uno pueda, con la consiguiente reducción de los ingresos al Tesoro. El anonimato confidencial remata la desvergüenza al permitir al defraudador celebrar con champán su delito: no se pondrá rojo a no ser que le dé un ataque incontenible de risa. Ahora resulta que este gobierno es cómplice de los defraudadores y encubridor de delincuentes, o sea que delinque.
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