sábado, 23 de noviembre de 2024

2591 (S 23/11/2024) La pobreza relativa

La relatividad de la pobreza no sólo se refiere a que depende de muchos factores y contextos sino que siempre lo es en relación con la riqueza, que varía según espacios y tiempos. Más aún, siempre habrá pobreza, cualquiera que sea su nivel, pues la hay por el mero hecho de estar por debajo de un nivel de riqueza. Y así, al igual que no hay guapos sin feos ni gordos sin delgados de los cuales se distinguen, así también los pobres lo son por estar debajo del nivel de los ricos. Pero un pobre con una renta X en un país rico puede pertenecer a la clase rica en un país más pobre. Esto parece una perogrullada, pero con ella evitamos intentar la utopía de eliminar la pobreza, así, sin más, porque eso significaría que todos los miembros de una sociedad tuvieran una renta idéntica.

       Lo que no quita para que declaremos sin ambages que la desigualdad es una carcoma que deteriora la democracia y, con ella, la sociedad. Teniendo en cuenta eso, que el nivel de pobreza no es absoluto sino que lo es por relación a la clase más afortunada, por lo que varía de unos países a otros y de distintos tiempos y épocas.
       Por otra parte, Sergio del Molino asegura que Francisco de Asís  pudo hacer de la pobreza un ideal porque era rico. En un impulso propio de un niño de papá se quitó sus ropas de buen paño y se echó desnudo a los caminos. A un pobre de solemnidad no se le ocurriría abrazar su propia maldición. Todos los ricos pueden disfrutar de la pobreza por un tiempo limitado, “como si fueran a un safari”. Estos pobres felices no perturban a los ricos por su extravagancia.
       El tema puede ser tratado desde muchas perspectivas. Ahí está, por ejemplo, el magnífico ensayo de Juan José Millás, resumido en esta frase: “Los pobres asustan”.

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