1. Paralelismo

2. Paranoia
“Tesoro”, le grita la madre al niño; tesoro, le dice el amante a su amor;
tesoro, le llama el ladrón a lo robado. Y lo encierra bien dentro, donde nadie
pueda encontrarlos, ni al tesoro ni a él. Y lo mira y remira, y lo toca y retoca,
y lo esconde y lo saca, y toda su vida depende ya de él. Pero el tesoro se la
roba, la vida, confinándole en su mundo solitario donde nada le robe su
atención, para que sólo se la preste a él. Y allí asomará la nariz entre las
cortinas de la ventana medio cerrada para comprobar que no hay ladrones
esperándole para robarle también a su vez, ni siquiera para romperle las
piernas a estacazos. Y lo que pensaba que le daría la libertad, se la roba
hasta dejarle asfixiado, en su miseria y sus ruinas, sin poderse desprenderse
de la bolsa, que, llena de monedas, pesa demasiado para un tesorero solitario.
Años más tarde, cuando alguien tuvo acceso a su reducto, pudo ver que el tesoro
había desarrollado un brazo con una mano que acariciaba la nuca de un cadáver en
cuyo ADN pudo leerse “tesorero”. El que robó un tesoro que le robó a su vez el
alma y la alegría. (No caerá esta breva)
3. Paraplejia
De la política. Le ha dado un ictus que la ha
dejado paralítica, ciega, desvalida. Motivo?: los partidos, convertidos en elites
extractivas que, a juicio de J.A.Gómez Yáñez y César Molinas, requieren una
regulación (externa), por ley, que establezca su control, transparencia y
democracia (interna). La corrupción individual ha pasado a una fase
institucional. La parálisis afecta a todo el cuerpo político cuya “carrera”
(profesional, la política) depende de su sumisión total a la cúpula del
partido, lo que les impide desarrollarse como personas tanto como individuos
que podrían haber sido útiles a la sociedad. “Y no se puede esperar que el
sistema se regenere de manera endógena, añaden estos dos politólogos, nunca lo
harán. Las fiscalías y los tribunales no serán suficientes. Hace falta una
nueva Ley de partidos, que los controle y obligue a la transparencia, pero de
nuevo eso es algo que las elites extractivas nunca permitirán porque viven de
la opacidad y la mentira. Por eso prefieren pasar por los tribunales de vez en
cuando antes que someterse a un control externo de sus finanzas y sus
actividades, así como del funcionamiento de la democracia interna. Ya que no
podemos contar para esto con los partidos políticos, habrá que recoger firmas
para presentar esta iniciativa como una propuesta de Ley al Congreso. ¿Quién se
va a oponer a ello públicamente?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario